Nunca me han gustado las frases rosas típicas de un día como hoy. Las cosas se demuestran día a día, con cada pequeño detalle, cada minúsculo segundo de dedicación. Pero como esto es un blog de diseño, he decidido declararme: I LOVE MY JOB.

Y es que, cuando tu trabajo es tu hobby, y viceversa, el esfuerzo se ve de otra manera. El hecho de madrugar cada mañana, el continuo debatir con el cliente, las llamadas en horas intempestivas y las jornadas de dudoso equilibrio entre el tiempo laboral y el de ocio, se convierten en algo liviano.

A veces nos sumergimos en largos proyectos, arduas tareas de creatividad, razonamientos y estudios que parecen que no tienen fin. Pero, al final, llega ese mail o esa llamada por la que todo ha merecido la pena. La satisfacción del trabajo bien hecho supera con creces a las ojeras.

Muchas veces me pregunto a qué me hubiese dedicado si no fuese al diseño. Y le doy vueltas, y más vueltas. Y es que creo que no hay ocupación que me llene tanto como la gráfica.

Me considero una persona tremendamente afortunada por trabajar en lo que realmente me gusta. Ha habido proyectos que, cuando ya se han terminado, me he quedado con ganas de más, he disfrutado tanto con ellos que quería que no se acabaran; incluso hay veces que se me ha pasado por la cabeza “lo hubiese hecho gratis”. No en el sentido literal de la frase, porque el trabajo hay que valorarlo (los demás y uno mismo), pero sí en cuanto a que ha sido como ir a un parque de atracciones, montar en una montaña rusa y sentir un subidón de adrenalina que te hace, laboralmente, completa .

Felicidades a todas las personas que se apasionan con su trabajo.

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